No sé si es que mi percepción del pasado está dulcificada o es inocente, pero yo no recuerdo que esto sucediera con tanta frecuencia hace unos años... Pero empecemos por el principio. Primero debería decir de qué voy a hablar o a qué me refiero. Y como una imagen vale más que mil palabras...
Y yo me pregunto, ¿por qué ocurre esto? ¿Por qué las niñas dejan de ser niñas tan pronto? ¿Dónde están esos padres? Una niña no tiene necesidad de pintarse, no tiene arrugas, no tiene ojeras. Es hermosa en su inocencia, sin tener que llevar pintalabios, colorete o corrector. No necesita tampoco ropa que llevaría una mujer de 30 en una talla reducida. Los niños son la esperanza del mundo, los niños son el futuro... ¿Qué futuro nos queda si le quitamos a los niños la chispa de la infancia y le arrebatamos los colores a sus ropas? ¿Qué nos espera cuando sepultamos el sonrosado de sus mejillas bajo una capa de maquillaje?
Los niños deberían ser niños en plenitud antes de que se pretenda que sean adultos. ¿Qué clase de adultos vamos a generar si estos crecen sin saber lo que es realmente ser un niño? ¿Qué clase de hijos van a criar ellos, que no saben lo que es ser un niño?
Todo esto me parece excesivo, innecesario. Se está cometiendo una horrible hipersexualización de aquellos que no han llegado a su madurez sexual fisiológica, haciéndoles parecer, tal como dicen algunos artículos en periódicos online, figuras sexuales adultas en miniatura. ¿Hasta qué punto hemos llegado en la superficialidad y el afán de crear necesidades ficticias que ya hasta los niños necesitan cosas que no son juguetes, calor, amor, salud, educación, ropa y comida?
Ante toda esta vorágine de insensatez, no puedo sino aplaudir la propuesta que ha presentado el parlamento del gobierno de Francia. Ojalá aquí sigamos el ejemplo.
